jueves, 28 de agosto de 2014
Ida o vuelta
Y camino feliz sin
saber a donde voy, si es buena o mala la elección, pero es la mía, amando la
brisa que despeina y desacomoda, y la lluvia que empapa
y refresca, nutriéndome de los rayos de sol que traspasan por ratos las nubes.
Despeinándome, sin paraguas, empapándome.
Chapoteando como niña, con la conciencia adulta de querer
aprovechar esos minutos de disfrute, que a esta altura ya se que duran
instantes y hay que estirarlos y atesorarlos.
Pequeñeces que reconfortan y luego se guardan en el alma como
grandes tesoros.
Detenerse un poco en esas pequeñas cosas, y así ganar el tiempo.
¿Cuantos años de mi vida jugué? Y sin embargo tengo millones de recuerdos de mis juegos.
Detenerse un poco en esas pequeñas cosas, y así ganar el tiempo.
¿Cuantos años de mi vida jugué? Y sin embargo tengo millones de recuerdos de mis juegos.
Será cuestión de seguir jugando un poco; dejar el miedo, la
vergüenza y el qué dirán; rescatar el niño, refrescar el alma, animarse.
¿Porque? Quizás volviendo al niño estemos en realidad llegando y
de ahí retomando este hermoso viaje.
María Lucrecia Serrat
27-8-14
domingo, 24 de agosto de 2014
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